Paula Vidal está desolada. Luego de que a su marido le diera la influenza y que pasara a Neumonía, su vida se ha visto truncada rápidamente, no sólo por la gravedad de su esposo, sino porque además fue trasladado hasta la Unidad de Cuidados Intensivos de Castro, dejando a sus hijos y toda la familia en Temuco.

Fue el 31 de mayo que la mujer llegó con su esposo al Hospital Regional Hernán Henríquez, luego de que se contagiara de Influenza, al parecer cuando trasladaba a un menor mientras trabajaba como conductor de Uber.  Él sufre de diabetes y no se había podido vacunar. Tras agravarse, le anunciaron que debería ingresar a la UCI, pero su angustia fue mayor cuando le aseguraron que las camas de la red de salud estaban copadas y que sólo podría ser atendido en Castro, Chiloé.

"Me tuve que venir en bus porque no hay espacio en Temuco ni en el sur del país. No sólo ha sido angustiante porque mi esposo tiene un 10% de posibilidades de sobreviviencia, sino porque además me tuve que venir sola, sin dinero y dejando a mis hijos que son chicos en Temuco", contó la educadora de párvulos.

El marido, de sólo 47 años, efectivamente se agravó y como no había camas, fue internado en Chiloé y hasta ahora no ha mejorado. "Además tampoco hay una red de apoyo, un hogar para estar y puedo ver a mi esposo sólo en algunos momentos del día", dijo Paula Vidal.

Al respecto, el subdirector médico del Servicio de Salud Araucanía Sur aseguró que acá no hay un colapso en la UCI, sólo hoy y algunos días no ha habido cama. "Lo que sucede es que ha habido días sin camas en la red y por eso se ingresa a un sistema de gestión que ubicó una cama en Castro. Hay 84 camas disponibles en la red pero hoy por ejemplo, no hay espacio así que se buscan alternativas. No estamos desbordados, sólo hay días sin camas y por eso trabajamos en gestión hospitalaria para ubicar las camas en los distintos hospitales", dijo el subdirector.

Agregó que si bien puede haber cupos, es riesgoso para el paciente el trasladado más cuando está en una situación compleja. No obstante y en rigor, cuando el paciente lo necesitó, no había cama para él en la región.

Para Paula Vidal y su familia es una situación muy difícil, agravada además por la distancia, la falta de recursos y las pocas posibilidades de que su marido pueda sobrevivir. Sus hijos tampoco han visto a su padre y Paula teme que parta, sin poderse despedir.