Jamás en La Araucanía

Lo peor está por venir.

El 14 de mayo de 1948, David Ben-Gurión declara la independencia del nuevo estado de Israel. El país recibe una gran oposición internacional, pero también un gran apoyo de otros países, pues es visto como un refugio seguro para las numerosas víctimas de la persecución nazi a los judíos en Europa. Lo anterior según el museo "Casa de Ana Frank".

El territorio en el que se establece Israel por las Naciones Unidas, entre el Mar Mediterráneo, Egipto, Jordania, Siria y el Líbano, en esos momentos estaba en poder de Gran Bretaña, luego de ganar la guerra al imperio Turco Otomano, que ocupó la actual Palestina por 400 años. Por lo mismo, al portar pasaportes de este país, a los palestinos que llegaron a Chile antes de 1918 se les llamaba "turcos", incluso hasta el día de hoy. 

Hamás (en árabe: "entusiasmo" o "fervor" y acrónimo de Movimiento de Resistencia Islámica) es una organización política y paramilitar palestina que se declara "yihadista", nacionalista e islamista. Su objetivo original, definido en su carta fundacional, fue el establecimiento de un Estado islámico en la región histórica de Palestina, que comprendería los actuales Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, con capital en Jerusalén.

Sin embargo, en 2017 publicó un nuevo documento de principios según el cual reclama «el establecimiento de un Estado de Palestina completamente soberano e independiente, con Jerusalén como capital, en las fronteras del 4 de junio de 1967» y enfatizaba su carácter nacionalista por encima del religioso; sin reconocer a Israel ni abandonar la lucha armada.

Y si bien es cierto, en un comienzo Hamás fue apoyado por Israel, para así disminuir el poder que tenía la OLP de Yaser Arafat, este grupo armado ha sido -al momento- el principal adversario de los israelitas en su afán por mantener la integridad de su país, instalado dentro del territorio de Palestina.

Isaac Rabin

65 años llevan en este "nuevo" conflicto los israelitas con los palestinos. 65 años en los que han habido muertes y destrucción, aunque también esperanza de Paz. Fue el 4 de noviembre de 1995 cuando el presidente de Israel, Isaac Rabin, se reunía con mas de 100 mil jóvenes que esperaban la Paz con los palestinos a través de los Acuerdos de Oslo.

Sin embargo, rabinos radicales -similares a los agricultores cabeza de pistola que hay por acá- habían decretado un "Din Rodef" contra Rabin argumentando que los Acuerdos de Oslo pondrían en peligro la vida de los judíos. El "Din Rodef" es un concepto en la Ley Judía que estipula que si un individuo está persiguiendo a otro, con la intención de asesinarlo, se le permite a cualquier otra persona darle muerte. Así, uno de esos jóvenes "cabeza caliente" le dio tres tiros a Isaac Rabin, que terminaron con su vida y la Paz.

Las concesiones que proponía Rabin y bajo las cuales se firmaría la tan ansiada Paz, eran muy extremas según los conservadores israelitas y también, para los miembros de Hamás. Habría Paz, se acabaría el negocio de la guerra permanente, así es que lo mataron y con él, cualquier atisbo de tranquilidad en la región. Por el contrario, lo que vino fue la militarización extrema, acompañada o fomentada por una ola de atentados de Hamás que nunca más terminó.

¿Sirvió de algo toda esa militarización de Israel? Lo peor estaba por venir y el brutal atentado terrorista de Hamás del 7 de octubre lo demostró. Más de mil personas asesinadas, decapitadas, violadas, masacradas a balas e incluso secuestradas para ser esclavas sexuales.

¿De qué sirvió toda esa parafernalia de misiles, tanques y una de las mejores inteligencias del mundo?, ¿los controles fronterizos, rayos X en los aeropuertos, la alta militarización con la que viven los israelitas día y noche? De nada. Lo peor siempre estuvo por venir.

Wallmapu

Y acá en La Araucanía también lo peor está por venir. El nuevo conflicto en La Araucanía lleva alrededor de 25 años, si podemos llamarlo así y tomamos como inicio la aparición de la Coordinadora Arauco Malleco, la CAM, en 1997. Sin duda que habrán distintas miradas, como por ejemplo, que la Guerra de Arauco nunca ha terminado, que el conflicto tiene casi 500 años, o que partió con la Pacificación de La Araucanía. También hay quien niega que exista un "conflicto mapuche", aunque por respeto a la inteligencia de quienes leen, no desarrollaremos más la idea.

Sin embargo, en lo que todos podemos estar de acuerdo es que los atentados o actos de "sabotaje" -como los llaman-, partieron el 97 con la quema de dos camiones en la ruta a Lumaco. Algo que nunca antes había pasado y que hasta la fecha no ha parado. Perjudicados hay por miles, pero también beneficiados: los que bajo presión han recibido tierras de la Conadi, los que se nutren de la venta de armas y los que viven del ambiente de impunidad que existe en la zona, entre otros, traficantes de droga y ladrones de autos y madera.

Por otra parte, hasta el momento van decenas de muertos, pero en su mayoría, sin la intención de matarlos; lo que por supuesto también es discutible, por lado y lado. Desde el estudiante Matías Catrileo, Alex Lemún y Camilo Catrillanca, pasando por el matrimonio Luchsinger-Mackay -quemados vivos al interior de su hogar-, el camionero Juan Barrios y el obrero José Retamal, o los dos guardias acribillados a tiros en Carahue o Toño Marchant, donde hay un informe forense que dice que le dieron un tiro de gracia luego de reducirlo.

Militarización

Todo lo anterior, en un creciente ambiente de militarización -literal- ya que desde el segundo Gobierno del exPresidente Sebastian Piñera que las Fuerzas Armadas mandan en la región. ¿Pero hacia dónde vamos? ¿Cuándo todo esto va a parar?

¿Ayuda en algo esta militarización? En Israel claramente no ayudó y una salida o acuerdo político los habría tenido a todos en Paz. En La Araucanía, menos aún, ya que lo único que nos entrega es una falsa sensación de seguridad y por otro lado, con o sin militares, los atentados los siguen haciendo igual.

Pero estamos a tiempo y a diferencia del país hebreo, acá aún tenemos tiempo para negociar. Para negociar con la CAM, la WAM y los que sean necesarios, de negociar pero de verdad, entregando poder (lo que nunca los de Santiago quieren), de negociar antes de que sea ya muy tarde, ya que al igual que en Israel, lo peor está por venir y ojalá jamás tengamos en La Araucanía, algo como Hamás.