La escalada de violencia que se extiende en la Macrozona Sur afecta a toda la comunidad, alterando la convivencia incluso al interior de los hogares. El ánimo de la mayoría de las personas está agitado, existe preocupación y tensión entre los adultos, pero también en los niños, niñas y adolescentes, que perciben de una u otra manera lo que ocurre a su alrededor, aunque sin entender del todo lo que está pasando. 

Y es que Javiera Cerda, la psicóloga de Triple P, dijo que es muy importante que, en este escenario, los adultos podamos darnos el tiempo para prestar atención a los niños, niñas y adolescentes. Ellos y ellas pueden estar sintiendo inquietud, angustia y hasta miedo a causa de las conversaciones que escuchan o las noticias que pasan constantemente por la radio, la televisión o las redes sociales.

“Resulta fundamental que en las casas o en las escuelas se puedan abrir espacios de conversación, para explicarles lo que está ocurriendo”, añadió. 

De acuerdo con la profesional, desde la perspectiva de la crianza positiva, es posible entregar algunas recomendaciones que pueden ayudar a padres, madres y cuidadores a dar respuesta a las preguntas e inquietudes que tanto niños y niñas como adolescentes puedan estar haciéndose frente a esta situación.  

Para empezar, indicó que es primordial tomarse unos minutos y escuchar con atención qué creen ellos y ellas acerca de lo que está pasando, lo que han visto o escuchado y sus ideas de lo que sucede. Este punto es muy importante, ya que “muchas veces, los niños, niñas y adolescentes construyen sus propias explicaciones, las que pueden no corresponder a la realidad y necesitan ser aclaradas”.

La psicóloga de Triple P añadió que es necesario responder a las preguntas que puedan surgir por parte de los niños, niñas y adolescentes, siempre con la verdad, aunque de manera simple, sin entregar demasiada información que pueda confundirles y utilizando un lenguaje adecuado para su edad. Del mismo modo, recomendó “recalcarles que hay personas trabajando y realizando diversos esfuerzos para encontrar soluciones e intentar resolver la situación”. 

Orientación

Otro consejo para tener en cuenta es evitar dejar la televisión o la radio funcionando todo el día, ya que hay informaciones que los niños y niñas no pueden procesar y es posible que les afecten. En el caso de los adolescentes, que suelen enterarse de todo a través de las redes sociales, “es recomendable que los padres y cuidadores puedan orientarlos e incentivarlos a buscar información proveniente de fuentes confiables”. 

Frente a la inquietud, la confusión o el temor, los niños y niñas de menor edad pueden querer estar más apegados a los adultos o quizás vuelvan a presentar conductas que ya habían superado, como hacerse pipí en la cama, "querer dormir con los padres, que les dejen la luz encendida en la noche o pedir de manera más frecuente que los tomen en brazos, lo que es muy normal y esperable”.

Con el fin de contribuir a que puedan sentirse más seguros, Javiera Cerda recomendó “en lo posible, mantener las rutinas de la casa: los horarios para levantarse, acostarse, de estudio y comidas, porque les da estabilidad en un escenario de incertidumbre como el que están viviendo”.  

Asimismo, es bueno permitirles tiempos de ocio, que jueguen y que ojalá dibujen, pues esta actividad puede ayudarles a procesar lo que están sintiendo. Y si hablamos de adolescentes, “darles el espacio para que puedan realizar en la casa actividades que les gusten, que los entretengan y les permitan desarrollar sus intereses y aptitudes”.

No obstante, quizás sea necesario sostener una reunión familiar breve para acordar entre todos, un plan de acción en caso de emergencia. Es recomendable partir conversando sobre las preocupaciones y riesgos, luego poder seleccionar estrategias para reducir los riesgos y practicar el plan si fuese necesario. Los adultos deben procurar ser sinceros, pero no alarmar a los niños y adolescentes.

"...también para que los hijos e hijas vayan aprendiendo poco a poco a manejar situaciones de alto riesgo, que serán habilidades vitales para su futuro”, añadió.

Comportamientos

Por último, indicó que resulta clave recordar que los niños, niñas y adolescentes aprenden mucho observando a los adultos y por lo mismo, es muy probable que tiendan a repetir o imitar las actitudes, comportamientos y reacciones que vean en sus padres, madres y cuidadores.

En este sentido, es importante que a la hora de plantearse cómo ayudarles a enfrentar los conflictos o problemas que se les presentan, nos preguntemos qué les estamos mostrando sobre cómo enfrentamos nuestras dificultades, de qué manera buscamos soluciones y cómo tratamos y nos relacionamos con los demás”. 

Si necesitas ayuda en temas de crianza, acércate a tu municipio para conocer las alternativas de apoyo que te pueden ofrecer. Triple P – Programa de Parentalidad Positiva está disponible de manera gratuita en La Araucanía, en las comunas de Angol, Collipulli, Lautaro, Loncoche, Puerto Saavedra, Teodoro Schmidt y Toltén, a través de Chile Crece Contigo. Y en Temuco, como parte del Sistema Lazos.