Gabriel Boric Font, tomando como excusa la actual guerra en Gaza, ha decido (por decisión suya y sólo suya) excluir a las empresas israelíes de la Feria Internacional del Aire y del Espacio -FIDAE- que se celebra en Chile por parte de la FACh desde hace 44 años y en el cual participan tanto empresas como países. Se trata por tanto, de un encuentro de relevancia mundial. 

Resulta, que este desaire no es cualquier cosa. Israel es el principal proveedor de Chile en materia armamentística y defensa. La experiencia que este pequeño país de medio oriente ha adquirido, al tener que enfrentarse militarmente a naciones más grandes y poderosas que le hicieron la guerra continuamente, es enorme. Y durante décadas, ha compartido ese conocimiento con Chile, en relaciones bilaterales saludables, que siempre dejaron al margen tanto los vaivenes políticos como los conflictos bélicos que puedan emerger. 

¿Qué persigue el Presidente Boric al dejar fuera de la FIDAE al principal aliado de Chile? Al parecer nada. Se trata simplemente, de un gustito propio de aquellos que realizaba cuando era dirigente estudiantil, sin medir las consecuencias que sus acciones tienen para la nación. De la misma manera que cuando le gritaba por los pasillos del Congreso mientras era Diputado a una delegación israelí, hace ahora, pero desde el Palacio de La Moneda. 

Un evidente antisemitismo, que además se evidencia al retirar al embajador de Chile en Israel, dejando a miles de chilenos sin asistencia ni apoyo, en momentos de guerra. 

Antes, el antisemitismo se expresaba mediante sentimientos de desconfianza y conspiración contra los judíos que habitaban las naciones europeas. Hoy, que existe un Estado Judío, el pretexto es otro, los derechos humanos, cuenta por tanto en la actualidad con una cualidad moral más aceptable. Pero cuando en octubre 2023, la zona sur de Israel fue invadida por un centenar de terroristas islámicos quienes, al grito de “allahu akbar” acometen contra judíos israelíes civiles, asesinando a 1200 personas y capturando rehenes de los cuales quedan aún 130 en Gaza. El Presidente no tuvo palabra ni comentario de condena, tal brutalidad no mereció su atención. Es que los derechos humanos de los judíos -y de las cinco familias de judíos chilenos afectadas en esta masacre- no le importaron ni le importan al Presidente. Pero consecuentemente, Israel al emprender una guerra contra Hamás y también con el objeto de recuperar a sus rehenes, obtiene la recriminación del gobierno de Chile, se evidencia una clara muestra de antisemitismo, moderno, tan contradictorio pérfido y absurdo, como el de otrora, que en Europa otorgó la justificación moral para el mayor crimen de la humanidad, en los campos de exterminio. 

Nuestro respaldo al Estado de Israel en su lucha contra el terrorismo. Y nuestra condena a las acciones del Presidente Gabriel Boric, el primer presidente antisemita que Chile, lamentablemente, ha tenido.