La UFRO y el "manotón" de la Corfo
Por "The Black Hand", periodista de La Araucanía.
Si yo tuviera una casa propia y este año decidiera, por exigencia de mi señora y de paso haciéndole un favor a un par de amigos políticos, contratar tres nanas más, en lugar de la que trabaja en la casa, tendría que pagar cuatro sueldos todos los meses en lugar de uno. Así, a fin de año en vez de pagar 12 sueldos, estaría pagando 48 sueldos mínimos.
Pensemos que le pago a mi nana el sueldo mínimo, pero que yo gano un millón quinientos y que mi señora, no trabaja. Digamos también que no tengo hijos ni gastos de colegios, uniformes, útiles escolares y todo lo que se viene cuando llega marzo.
Pues bien, en mi burdo ejemplo, me estarían faltando más o menos 500 mil pesos todos los meses, es decir, 6 millones de pesos a fin de año. ¿Qué pasaría entonces si yo -sin preguntarle a mi señora- vendiera la casa para saldar los sueldos a fin de año?
Pues bien, eso es exactamente lo que sucedió con el ministro Marcel y los activos que vendió de la Corfo, para saldar la farra que se hace cada año, pagándole el sueldo a los más de 100 mil nuevos empleados públicos que contrato el Gobierno de Gabriel Boric.
No se vendieron estos activos para hacer un hospital, ni la doble vía Freire-Villarrica sin que haya que pagar peaje, o por último para entregarle a la gente más pobre un bono para paliar la insufrible inflación. No, se vendieron para pagar los sueldos de parásitos que hacen poco o nada, ya que con toda esta gente nueva nada ha cambiado en el Estado, no nos atienden mejor ni nos dan un servicio distinto al que recibíamos en el Gobierno pasado.
Y en la UFRO lo mismo
Pues bien, amigos al interior de la UFRO me han contado que se preparan para hacer lo mismo. Pegarle un "manotón" a los activos que tiene la Universidad de La Frontera, como son los inmuebles de la inmobiliaria DUSA, sitios y predios que le fueron donados a la universidad en el ex Fundo Maipo, de la familia Hiriart Montory.
¿Cuál fue el objeto de este campo experimental?, donde de debía construir conocimiento, investigar y mejorar el futuro de la gente de La Araucanía. ¿Lotearlo y vender sitios para hacer casas de lujo? ¿Venderle sitios a académicos y funcionarios acomodados a precios bajos, para que luego los revendieran al doble?
¿Es justo que se vendan estos sitios, para pagar la farra de Jorge Petit-Breuilh y del rector Eduardo Hebel? Nuevamente se repite lo que sucedió en la Corfo, se pretende vender sitios y terrenos, activos de la UFRO destinados a mejorar la educación de sus alumnos, para pagar los sueldos y sobre sueldos que entre ellos se fijaron, además de la contratación de personal que no era necesario, pero que cumplía fines políticos -por supuesto- de gente de izquierda.
Todo parece ser que dar manotones, como dijo Mosciatti, es costumbre de esta gente de izquierda, tanto la del Gobierno de Boric, como a los "nuevos" -no tan nuevos- administradores de la UFRO. Al final, son todos los mismos.
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