Estaría lista la terna para la dirección nacional de la Conadi

Fue en noviembre pasado y después de la muerte de Camilo Catrillanca que el ex director nacional de Conadi, Jorge Retamal, concretó su salida. No obstante que había anunciado su renuncia con antelación, esto provocó una velada crítica por parte de los timoneles nacionales de RN y la UDI, lo que finalmente no incidió en la decisión de Retamal, quien mantuvo su decisión. Por lo mismo y dado que el cargo es por Alta Dirección Pública, se debió llamar a concurso y ya estaría la terna. 

El actual reemplazante del cargo, Fernando Sáenz, sería el primer candidato, quien con un perfil más técnico y abogado de profesión, tendría más experiencia en el cargo que los demás finalistas, habiendo ejercido como fiscal nacional de Conadi en el primer periodo del presidente Piñera y luego, en el actual, hasta que tuvo que subrogar la dirección nacional ante la renuncia de Retamal. A Sáenz le ha correspondido enfrentar los problemas de compra de tierras con sobre tasación y fue agredido recientemente por el consejero nacional de Rapa Nui.

Por su parte, Marcelo Huenchuñir sería el único finalista de ascendencia mapuche y quien se desempeña actualmente como subdirector nacional sur del organismo. Abogado de profesión, fue pre candidato a diputado por el ex distrito 51 en 2013 por la Unión Demócrata Independiente y ha tenido a cargo el manejo de los procesos de tierras desde que arribó a Conadi el año pasado.

El tercer candidato sería el actual secretario regional ministerial de Justicia Ignacio Malig, quien con poca experiencia directiva, pertenece a Evópoli y ya fue jefe de gabinete del director nacional de Conadi, Jorge Retamal, en el gobierno anterior de Piñera. Es abogado de profesión y su gestión como seremi del ramo no ha tenido mayores dificultades.

Uno de los principales desafíos que tendrá la gestión del próximo director nacional de Conadi, será asumir e implementar el informe de la Contraloría General de la República sobre el proceso de compra de tierras y a su vez, resolver los conflictos que se generan con la adquisición de predios sobre avaluados y que se encuentran en espera de compra. Una tarea no muy fácil dadas las presiones que se reciben de forma constante.