
Ricardo Barría Dillems, ingeniero comercial, magíster en comunicación. Editor de AraucaniaDiario, miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Marcelo Trivelli, Fundación Semilla.
Opinión08/04/2022
Inmediatamente después del terremoto del año 2010, en Fundación Semilla asumimos la tarea de apoyar escuelas en la zona devastada de la Región de O’Higgins, a través de programas de Contención de Stress Post Traumático. A poco andar, nos dimos cuenta de que el estrés estaba causado por la violencia en el contexto escolar y su entorno, y no por las pérdidas materiales que había experimentado toda la población de esos territorios.
Abuso, matonaje, acoso sexual, autoritarismo, falta de diálogo, discriminación, ausencia de participación y otras tantas conductas violentas estaban normalizadas, generando un alto nivel de stress en los diversos estamentos. El terremoto había sido una buena excusa para abordar un tema, hasta ese momento, tabú al interior de los establecimientos educacionales. Nuestra presencia fue un sano catalizador para que la comunidad enfrentara su realidad de violencia.
Hoy enfrentamos una situación similar, porque la pandemia y las clases no presenciales están siendo miradas como “la” causa de la violencia en contextos escolares y, si bien puede haber algunos problemas derivados del aislamiento y falta de socialización, las causas de la violencia o de la mala convivencia son de carácter estructural. La sociedad cambió, pero la cultura y el sistema educacional no se han adaptado a los nuevos tiempos.
El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, presentó esta semana la “Estrategia de Bienestar y Convivencia” para el sistema escolar y señaló que “esta estrategia considera la entrega de recursos pedagógicos para apoyar a las comunidades educativas, acciones de intervención directa para apoyar a los establecimientos educacionales con casos críticos y la creación de un Consejo Asesor para la Convivencia y la No Violencia, que reúne a 13 expertos en salud mental, bienestar y convivencia, quienes estarán encargados de orientar políticas públicas a corto y largo plazo en esta materia”.
Si bien la convivencia es una política pública que tiene algunos años desde que fuera incluida en los programas ministeriales, esta es la primera vez que un ministro de Educación pone foco en la convivencia escolar. En Fundación Semilla estamos orgullosos de que nuestro director ejecutivo, Matías Nieto, haya sido invitado a formar parte de esta instancia. Es un reconocimiento a su trayectoria y a la de Semilla, que ha estudiado, investigado, creado herramientas pedagógicas e implementado programas en el ámbito de la convivencia escolar.
El antónimo de violencia es convivencia y está última se logra a través de una educación que desarrolle habilidades socioemocionales. Enfrentar la violencia y promover la convivencia en contextos escolares no es solo un desafío ético, sino que también tiene consecuencias fundamentales a nivel individual y colectivo con impacto en ámbitos como el rendimiento académico, la salud, la ciudadanía y la cohesión social.
Esperamos que las comunidades escolares estén a la altura de este desafío y asuman la implementación de los lineamientos generales emanados desde el ministerio que pone foco en la convivencia escolar, asumiendo un fuerte involucramiento de los Consejos Escolares para la adaptación territorial de manera que su abordaje sea sostenible en el tiempo.

Ricardo Barría Dillems, ingeniero comercial, magíster en comunicación. Editor de AraucaniaDiario, miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Jorge Fonseca Salazar, Sociólogo y Magíster en Planificación y Gestión Territorial.

Ricardo Barría Dillems, ingeniero comercial, magíster en comunicación. Editor de AraucaniaDiario, miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Fernando Cortés Tello, Subdirector Unidad de Salud Pública DFTS, Universidad Central.

Por Marcelo Trivelli, presidente Fundación Semilla.

Vanessa Zúñiga Rodríguez, Periodista, Doctora en Comunicación, Escuela de Periodismo, Universidad Andrés Bello.

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