Día del ciberacoso: claves para regular el uso de celulares en menores de edad

Según cifras de la Superintendencia de Educación, en 2023 hubo 4.679 denuncias relacionadas a maltrato entre estudiantes. De ellas, el 18% corresponde a ciberacoso. Especialistas recomiendan a los padres no permitir el uso de redes sociales en la preadolescencia.

La Región15/03/2024Equipo AraucaniaDiario SEquipo AraucaniaDiario S
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Este 14 de marzo se conmemora el día contra el ciberacoso, una nueva forma de hacer bullying, ya no de manera presencial, sino virtual. El año pasado, la Superintendencia de Educación recibió 857 denuncias sobre esta materia, lo que implica un aumento del 11% con respecto a 2022. El 51% de los casos se concentró en estudiantes de enseñanza básica y las principales afectadas fueron niñas o adolescente de sexo femenino (72%).  

Hace un tiempo comenzamos a hablar mucho del bullying escolar y de las dificultades que estaban teniendo los estudiantes para relacionarse. Hoy eso rompió las barreras de la presencialidad y pasó a estar en redes sociales. Ese es el gran problema del ciberacoso: que no tiene paredes ni puertas. Sales del colegio, pero no se termina”, explica Fernanda Orrego, Directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Gabriela Mistral.

En la actualidad, el uso de celulares y de otros dispositivos con acceso a internet es parte de la cotidianeidad. ¿Cómo lograr que los menores saquen provecho a la tecnología con fines positivos? A continuación, te entregamos cinco claves:

1. Los padres deben mediar en la utilización de los celulares. “Los niños no están preparados para auto regularse. Muchas veces les entregamos estas herramientas sin siquiera explicarles los riesgos ni limitar los contenidos a los que pueden acceder. Eso no puede ocurrir. Es necesario tener esa conversación antes de permitirles manipular un aparato”, explica la profesional.

2. Establecer límites en el tiempo de uso. “Lo recomendable es que los menores de seis años no usen pantallas. En enseñanza básica, lo ideal es que no las vean más de una hora al día. En la adolescencia se puede llegar a un acuerdo y permitir que ese tiempo se extienda, pero nunca conceder el uso libre. Los adultos deben ser un modelo para seguir, por lo tanto, es bueno que también reconozcan cuando se exceden mirando el celular”, dice Orrego.

3. Retrasar al máximo el uso de redes sociales. Es lo que recomiendan varios estudios provenientes desde la neurociencia, ya que tienen un fuerte componente adictivo. Eso ha llevado a que en los patios de los colegios los niños jueguen y conversen menos. La digitalización ha generado que su espacio sea virtual, no real. El desafío es generar una cultura de vínculos interpersonales nutritivos y que se desarrollen -en lo posible- en modo presencial.

4. No demonizar ni a internet ni al celular. “No todo es malo. WhatsApp, por ejemplo, se ha transformado en un importante mecanismo de comunicación, no sólo entre los estudiantes, sino también con sus padres. Esta aplicación permite que conversen y que los adultos se enteren -entre otras cosas- si llegaron bien a la casa después del colegio o si necesitan algo”, señala la psicóloga UGM.

5. Explicar claramente las consecuencias de una mala utilización. Los padres deben reforzar en los menores que no deben publicar conversaciones, fotos ni audios en redes sociales, ya que un tercero que no otorgó su consentimiento para esa divulgación podría verse afectado negativamente. Además, los mensajes pueden llegar a tener un gran alcance. Ese puede -eventualmente- ser un espacio para el ciberacoso.

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