Han sido complejos momentos los que han vivido las madres y familiares de los presos mapuche que fueron trasladados a distintos penales del país, luego de que Gendarmería de Chile decidiera separarlos, a raíz de lo que denunciaron desde la institución como un "secuestro" de tres funcionarios, los que fueron agredidos al interior del recinto penitenciario.

Por su parte, los comuneros mapuche acusaron un "montaje" por parte de Gendarmería y que ellos habrían generado los hechos que derivaron en el duro enfrentamiento en el cual resultaron con golpes, heridas y disparos. Además, fueron trasladados a las cárceles de Puerto Montt, del Bíobío y de Rancagua.

Por lo mismo una delegación de comunidades de la zona de Malleco llegó el domingo, tras viajar más de ocho horas, hasta el centro penitenciario "La Gonzalina", cárcel de alta seguridad a la que fueron enviados Juan Queipul y Fabian Llanca, este último imputado que se encuentra bajo investigación.

Sin embargo y a diferencia de lo que pensaban inicialmente sus madres y familiares, ambos internos trasladados a Rancagua fueron bien acogidos por personas que también están privadas de libertad, no obstante las condiciones en que dicen haber llegado.

"Llevamos 4 días desde el traslado, llegamos solo con lo puesto, ropa mojada, con olor a gas pimienta y lacrimógenas, heridos con perdigones, golpes y a un lugar lejano", comienza una carta enviada desde el penal por Fabian Llanca.

"Solo la ayuda de los internos a llegado, manifestándonos que no estamos solos en esta cárcel, ropas, insumos higiénicos y la empatía del porque estamos aquí, todos curiosos pero con ánimo de ayudarnos", agrega Llanca.

Las comunidades mapuche de Malleco continúan visitando a los presos trasladados a los demás penales del sur del país y manifestándose en contra de la resolución que los alejó de sus familiares y de su lugar de origen.