"A mi esposo le sacaron su dentadura con un alicate, le cortaron sus orejas, le hicieron cortes y así fueron sucesivamente los malos tratos ante ellos. Yo día a día pienso, minuto a minuto me imagino esas imágenes, cuando les estaban haciendo daño, el sufrimiento que tienen que haber sentido", cuenta entre sollozos la esposa del mecánico asesinado por miembros del lof Choin Lafkenche, Paola.

La mujer pide que se investigue y se llegue al fondo de lo sucedido, aunque confiesa que teme que no se llegue a nada, ya que María Ancalaf y sus hijos, más el resto de la banda son conocidos. "Son personas conocidas, siempre están tratando de minimizar lo que hacen", agrega.

"No dejen en el olvido a mi esposo y que se haga todo lo que tengan que hacer, para que esa gente pague, el daño que hicieron", pide finalmente Paola Vera entre lágrimas, acompañada de la hija de ambos, en una entrevista exclusiva con Meganoticias (MG).

El brutal crimen

Todo comenzó en mayo de 2021, luego del supuesto robo de drogas y unas armas por parte de dos hombres al interior del lof Choin Lafkenche, en la propiedad de María Ancalaf, hermana del exmiembro de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) Víctor Ancalaf.

Los hechos, que habrían ocurrido tiempo después del asesinato del sargento de Carabineros Francisco Benavides en la Ruta R-35 de Collipulli, en la misma zona, comienzan luego de concurrir hasta la casa de María Ancalaf a reparar una camioneta. Ahí se habrían encontrado con marihuana y unas armas, las que teóricamente se habrÍan utilizado anteriormente en el ataque donde se dio muerte al uniformado. Tanto las armas como la droga desaparecen y ahí comienza el calvario para los mecánicos.

“(El grupo) pretendía aclarar la sustracción de varias armas de fuego y de una cantidad indeterminada de marihuana que habían sido ocultadas a fines del mes de mayo de 2021″, cuenta el fiscal Enrique Vásquez.

Así, el 2 de junio de 2021 los imputados secuestran a E.A.A.M., alias “el Jani”, uno de los trabajadores que habían concurrido a arreglar la camioneta, con el pretexto de que el trabajo había quedado mal y que necesitaban que revisara el vehículo.

Para él, las torturas comenzaron de inmediato, siendo golpeado en la cabeza con un hacha, cortado y sumergido en las aguas de un río cercano, buscando que diera información sobre el paradero de las armas y la marihuana. Como las torturas no dieron resultado, el 6 de junio secuestraron también al mecánico Edgardo Mardones Beltrán, desde su domicilio en Collipulli. Para él todo fue peor.

Según relata “el Jani”, gracias a quien se supo de los hechos y torturas, al mecánico -a quien además le faltaba una pierna- lo torturaron de diversas formas, entre las cuales una hija de Maria Ancalaf, Julieta, le sacó dientes con un alicate, lo cortaron en distintas partes del cuerpo e incluso uno de los sujetos presentes lo violó en presencia de los demás.

Sin embargo, no es sino hasta que el primer secuestrado logra escapar, que asesinan a Edgardo Mardones, lo que se sabe por testimonios de dos de los integrantes del grupo, quienes decidieron colaborar con la justicia, arrepentidos de lo que habían hecho.

El asesinato

Luego de que "el Jani" lograra escapar, el grupo asesina al mecánico ahogándolo con vino, el que le meten a la fuerza por la boca hasta que deja de respirar. De ahí viene el desmembramiento del hombre y su posterior incineración en una fogata, usando acelerantes y tras largas horas de quemar sus restos, los cuales presumiblemente son arrojados al río hasta su total desaparición.

El resto de la historia es conocida y si bien es cierto ya hay tres condenados, para el resto del grupo y en especial para María Ancalaf y su hija Julieta Pérez Ancalaf, la fiscalía pide cadena perpetua y 20 años de cárcel para sus cómplices, lo que el tribunal deberá ponderar en el juicio que comenzó ayer (preparación).