La muerte de Pablo "Toño" Marchant no dejó a nadie indiferente en julio de 2021. Incluso, el vocero histórico de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) Héctor Llaitul, pensó que podía tratarse de uno de sus hijos, ya que al ser abatido por Carabineros, Marchant vestía un pasamontañas, el que no fue retirado sino hasta pasadas varia horas.

De su muerte hay dos versiones, la oficial, donde el joven de 28 años muere de un disparo, siendo abatido en un enfrentamiento con dos Carabineros, él con un fusil de guerra; y la otra, la que han defendido siempre sus cercanos y miembros de la CAM: que Pablo "Toño" Marchant fue abatido pero que quedó vivo, siendo rematado a corta distancia con un disparo de escopeta, que es justamente lo que se quiere determinar.

Al momento de su funeral, en un sector rural de Lumaco, sólo se permitió el ingreso de comuneros mapuche autorizados expresamente para asistir y durante el velorio, su cuerpo fue constantemente acompañado por una guardia armada de la CAM, con fusiles de guerra y otro tipo de armamento.

De su inhumación -por cierto ilegal- no quedó registro en tribunales o en el ministerio de Salud y ya encontrarlo importa un esfuerzo no menor, aunque el mayor desafío está en que el personal que concurra a la diligencia autorizada, no sufra un ataque a manos de miembros de la CAM o de quienes resguarden el lugar de entierro de Marchant. 

Factibilidad

Por lo mismo, a comienzos de mayo, el Juzgado de Garantía de Carahue solicitó a la Policía de Investigaciones (PDI) un informe para ver si existen las garantías de seguridad, que permitan exhumar los restos de Pablo Marchant.

La audiencia para conocer los detalles del informe de prefactibilidad de la PDI se realizará el 9 de julio a las 09.30 horas en el Juzgado de Garantía de Carahue.

Mientras tanto, el fiscal Jorge Calderara, quien investiga este hecho, debe decidir si hay elementos para formalizar investigación en contra de los dos carabineros investigados por la muerte de joven miembro de la CAM.