70% de los chilenos en redes sociales rechaza la restitución de tierras
La narrativa predominante sostiene que "darles más tierras es un privilegio" (47,3%), lo que refuerza percepciones de injusticia y una crítica a la equidad del proceso.
Desde Galvarino descartaron y desmintieron que personas de sus comunidades estén envueltas en la propagación de incendios forestales. A la vez agradecieron a las personas y comunidades que ayudaron a sus familias durante los siniestros ocurridos en la zona.
La Región18/02/2023Equipo AraucaniaDiarioGran parte de los incendios forestales tienen su origen en el tendido eléctrico, dada la rotura de cables o la mala mantención de la franja por la cual pasan los tendidos eléctricos. Así lo confirmó el director nacional de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) Christian Little, quien señaló que en el incendio forestal en Las Gaviotas, región de Valparaíso; Alto de Popeta, en la región Metropolitana; La Cabaña, en O’Higgins; y Rapilermo, en el Maule, el origen estuvo en el tendido eléctrico. Y acá en la región no es distinto, ya que muchos de estos siniestros comienzan al entrar en contacto las ramas de los árboles y los cables.
“Todos estos incendios fueron originados por tendido eléctrico”, aseguró Christian Little sobre los incendios mencionados anteriormente.
“Cuando hay un incendio, va un equipo y van a investigar el origen. En este caso, en particular, hay tendidos eléctricos que se cortan, se caen, un poste mal mantenido, que provoca daño”, detalló Little.
Y en el caso de los últimos siniestros, el ejecutivo señaló: “son incendios por negligencia, provocados por tendidos eléctricos que no están bien mantenidos”. “Aquí hay una responsabilidad que hay que esclarecer. Quienes son los responsables de mantener los tendidos eléctricos evidentemente son las empresas”, sentenció el director nacional de la Conaf.
Y fue a través de un comunicado que ocho comunidades indígenas de Galvarino salieron al paso de los últimos acontecimientos e incendios forestales que les afectaron. Comunicado:
Kiñe (1). Expresamos nuestro agradecimiento a las personas y comunidades que ayudaron a nuestras familias durante los incendios forestales que tuvieron lugar la semana pasada en Rapa, Mañiuco Alto, Minas Huimpil, Peñartu y Huilcaleo.
Epu (2). Como comunidades Mapuche, en la hoy llamada comuna de Galvarino, visualizamos una gran responsabilidad de estos incendios en la industria forestal asentada en la zona y en las instituciones (públicas y privadas) que la promueven.
Küla (3). Lo que hemos visto con la industria forestal en nuestro territorio han sido: la profundización del despojo de nuestras tierras ancestrales; la participación de nuestra gente laboralmente, pero como mano de obra barata, racializada (en el último peldaño de la cadena) y expuestas a accidentes laborales; la migración forzada a las periferias urbanas; la pérdida de bosques nativos y lawen (hierbas medicinales); y lo más grave, la pérdida del agua. Tanto así que, la semana pasada, NO TENÍAMOS AGUA para confrontar el fuego. Por lo tanto, los efectos de esta industria son catastróficos.
Meli (4). Creemos en un proceso de restitución de derechos, restituciones de nuestros territorios y reconstrucción de nuestro tejido social. Pero, somos enfáticos en señalar que las forestales están asentadas en un territorio despojado. Despojo promovido por el Estado chileno a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX. Inclusive, luego del despojo, transgrediendo los Títulos de Merced, el documento que legalizó a nuestras reducciones.
Kechü (5). Por lo tanto, exigimos al Estado abordar la discusión sobre la industria forestal desde un ámbito estructural y no superficial (que permita su reacomodo). Es decir, abordar la discusión desde el despojo y paralelamente acelerar las devoluciones de tierras. Asimismo, animamos a buscar mecanismos de restauración y reforestación con especies nativas para recuperar en parte las cuencas hídricas gravemente deterioradas.
Kayü (6). Hacemos un llamado a las comunidades afectadas a explorar procesos de demandas colectivas contra las empresas que usurpan nuestros territorios tales como; Arauco, CMPC, entre otros, y a todos aquellos que resulten responsables de la destrucción del itrofill mongen (biodiversidad), por tanto, de la vida mapuche.
Regle (7). Nos llama la atención el silencio de algunos actores: a) el Forest Stewardship Council (FSC), organismo internacional encargado de la gestión responsable del rubro forestal y que saben de los efectos de la industria forestal en las comunidades Mapuche. De hecho, FSC Internacional patrocinó un estudio titulado “La Industria Forestal de Chile, la Certificación FSC y las Comunidades Mapuche” donde el Lof Mañiuco fue parte de la investigación realizada. b) El silencio de la Asociación de Municipalidades Región de la Araucanía (AMRA), quienes “supuestamente” conocen la realidad local. Sin embargo, a la hora de pedir más militarización en el territorio, no tienen reparo en sacar la voz. c) Los centros académicos que están conectados con el rubro forestal. Específicamente, las universidades asentadas en el territorio Mapuche.
Purra (8). Le exigimos al municipio de Galvarino — quienes a inicios del año 2000 vía las unidades de desarrollo local, en alianza con CONAF y consultoras, promovían plantaciones al interior de las comunidades — que haga una geo-referenciación y transparente a las compañías forestales presentes en la comuna. A la fecha la comuna posee más de 18 mil hectáreas con plantaciones, siendo uno de los sitios con mayor plantaciones en La Araucanía, por ende una de las mayores afectadas por el fuego, pero las empresas y dueños pasan desapercibidos.
Aylla (9). Descartamos y desmentimos que personas de nuestras comunidades estén envueltas en la propagación de incendios forestales. Quienes pretenden etiquetarnos como “promotores del fuego” solo están faltando a la verdad y eludiendo responsabilidades del rubro forestal.
Marri (10). Advertimos que si se hacen mesas de trabajo, que estas sean serias, responsables y no sean solo para “la foto”. Por supuesto, deben incluir medidas de corto plazo, tales como: cortafuegos preventivos, podas de árboles cercanos al tendido eléctrico, priorización de sitios habitados, etc. Finalmente, invitamos a las comunidades a realizar trawün (encuentros) para buscar soluciones, a no callar y a seguir defendiendo el territorio. Asimismo, instamos a seguir fortaleciendo el kellüwun (colaboración) para confrontar estos tiempos complejos.
Territorios Mañiuco, Huimpil, Llufquentúe y Ñielol; Comunidad Rapa, Comunidad Mañiuco Alto, Comunidad Mañiuco Bajo, Comunidad Minas de Huimpil, Comunidad Francisco Paillal, Comunidad Juan Huilcaleo Ñielol, Comunidad Pascuala Lican, Comunidad Antonio Morales y Lorenza Coyan.
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