Piden catastrar y reponer iglesias quemadas en La Araucanía

La presidenta de la organización Mujeres por La Araucanía y oriunda de Padre Las Casas, Ruth Hurtado, alertó sobre las cifras únicas en el mundo.

La Región09/10/2025Equipo AraucaniaDiario SEquipo AraucaniaDiario S
Capilla incendida Curacautín

Un total de 83 iglesias han sido incendiadas en La Araucanía entre 2013 y 2024. Si bien no existe un catastro oficial sobre templos religiosos destruidos por violentistas, la mayor cantidad de inmuebles siniestrados se concentra en Ercilla y Padre Las Casas.

El último de los templos atacados fue la parroquia San Francisco, a un costado de la Ruta Internacional CH-181, al poniente de Curacautín, en la que desconocidos siniestraron el inmueble y dejaron un lienzo con la leyenda “Que Gendarmería acepte las consecuencias sin llorar. Nuestra autoridad Lonko Víctor Queipul se respeta” referida a la detención del líder de Temucuicui.

La presidenta de la organización Mujeres por La Araucanía, y oriunda de Padre Las Casas, Ruth Hurtado, alertó sobre las cifras y advirtió que Chile se encuentra en la categoría “en observación”, en el Índice de libertad religiosa, que realiza cada año la organización católica internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre 

La también Secretaria general del Partido Republicano afirmó que “es un deber del Estado garantizar la seguridad y, al no cumplir con ello, corresponde que se hagan cargo de la reconstrucción de iglesias o capillas que fueron quemadas por los terroristas”. 

Desde el Consejo de Pastores de La Araucanía, aseguraron que durante el gobierno de Gabriel Boric no ha habido reconstrucción de templos siniestrados. Por ellos, Ruth Hurtado lamentó la “indolencia” del actual gobierno y enfatizó que “acá hay dos líneas, la judicial donde se debe perseguir y llevar a la cárcel a estos sujetos, y también la reconstrucción de estos espacios de fe que, al destruirlos, solo hacen daño a una comunidad cristiana. Eso no puede ser”, sostuvo, y emplazó a las autoridades a crear y hacer público el catastro de Iglesias siniestradas, y a reponer la glosa presupuestaria para reconstruir cada uno de los inmuebles, utilizados como lugares de oración, pero también como sedes comunitarias, en sectores rurales 

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