Ministro dice que las parcelas de agrado son un "invento de la Dictadura"

En su visita a la región del Bío Bío -hoy en La Araucanía-, el ministro de Agricultura Esteban Valenzuela, salió al paso de la polémica surgida por la regulación sobre la subdivisión de predios agrícolas, para parcelas de agrado o viviendas en esas zonas.
Al respecto, la autoridad señaló que lo que se está haciendo es regularizar algo que a su juicio, se está haciendo mal. “No se está prohibiendo, se está regulando”, dijo Valenzuela, a la vez que indicó que de esta manera “se termina la chacota” de las parcelaciones.
"Eso fue el mamotreto que inventó la Dictadura, el año 80, el decreto que permite las parcelas, de agrado, terminaron siendo. Se termina la chacota ...", dijo el ministro de Agricultura.
Valenzuela, agregó además, que lo que va a hacer el Gobierno es “ordenar” y consultar al ministerio de vivienda, donde las Seremis actúan como supervisoras del cumplimiento de la Ley General de Urbanismo y Construcciones.
El secretario de Estado aclaró también que habrán excepciones, como por ejemplo con los ex parcelaros de la CORA (Reforma Agraria y Unidad Popular), herencias o la división por más de 2 hectáreas.
La lamentable decisión pone fin al sueño de muchas personas y familias, quienes libremente habían decidido irse a vivir al campo o a sectores rurales, sin tener que dedicarse forzosamente a la agricultura, o tener que desembolsar grandes cantidades de dinero para lograrlo.
Parcelación El Volantín
Así por ejemplo, es el caso de la parcelación El Volantín, en la Sexta Región (no quisimos poner un ejemplo de La Araucanía, aunque los hay), donde en un terreno de secano costero -muy poco apto para la agricultura tradicional- las parcelas cuentan desde $8.490.000 a $15.490.000, valores que comparados al costo de una propiedad en la ciudad, son accequibles y a la vez, permiten vivir al aire libre, sin contaminación y en un entorno más seguro.
Ejemplos así los hay por todos lados, acá en la región, en Los Ríos, Los Lagos y donde las personas -libremente- deseen vivir o incluso, pasar sus últimos años de vida.