Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Carolina Araya, directora carrera de Derecho, Universidad de Las Américas, Sede Concepción.
Aliro Bórquez Ramírez, rector Universidad Católica de Temuco.
Opinión12/05/2021Equipo AraucaniaDiarioLa pandemia Covid 19 que azota nuestra humanidad ha generado profundos cambios en todos los ámbitos de nuestra vida, incluyendo el trabajo, la formación educacional, el entretenimiento, el comercio, la salud, en fin, todas nuestras actividades humanas se han visto trastocadas y/o transformadas por este evento de extraordinaria magnitud. Probablemente cuando volvamos a la ansiada normalidad, muchos de nuestros hábitos y costumbres tan arraigados en nuestra cotidianeidad cedan paso a nuevos modos de vivir y convivir en comunidad, incluyendo las dimensiones social y espiritual.
A la luz de estas transformaciones, vale la pena preguntarse cómo los seres humanos de los primeros 50 años del siglo pasado lograron superar crisis tan profundas como pandemias, guerras mundiales y grandes depresiones económicas. Al parecer, al igual que ahora el conocimiento científico y tecnológico, así como la innovación y el emprendimiento fueron claves para enfrentar situaciones tan adversas y críticas. A modo de ejemplo, las vacunas descubiertas y producidas en el transcurso de un año para el Covid-19 y toda la tecnología para el tratamiento de la enfermedad previa a las vacunas, nos hace lamentar hasta ahora 3,2 millones de muertes, en contraste la gripe española (1918-1920) alcanzó mas de 50 millones de muertes, o el VIH, aún no siendo una pandemia, desde 1981 al presente ha alcanzado más de 39 millones de muertes, enfermedad que actualmente cuenta con tratamiento gracias al avance científico y tecnológico.
El desarrollo que ha tenido el mundo desde fines del siglo XX y en el actual siglo XXI no es mera casualidad. Ha estado marcado por el surgimiento acelerado de innovaciones disruptivas en las tecnologías, el procesamiento de datos masivos, la automatización de procesos, el desarrollo de internet y sus múltiples conexiones planetarias, la nano robótica y el desarrollo de la inteligencia artificial, todo lo cual es conocido actualmente como la cuarta revolución industrial, cuya realidad, tal como la pandemia, nos cambia, nos renueva y genera transformaciones sociales, productivas, éticas y culturales.
La pregunta que surge en el ámbito universitario es, cómo serán las universidades y su quehacer post pandemia, o tal vez lo más pertinente es preguntarse cómo enfrentaremos esta cuarta revolución industrial, cuyos efectos han sido puestos de relieve por la pandemia. Qué rol jugarán las universidades ante los cambios paradigmáticos en que la tecnología y los datos harán nacer nuevos mercados, industrias y productos globales que pueden ser manejados a través de plataformas tecnológicas digitales desde cualquier parte del mundo.
Esto sin duda está produciendo cambios en la educación superior a nivel mundial, movilizados por las grandes universidades y centros de innovación tecnológica en países desarrollados. Las instituciones de países latinoamericanos o aquellos más alejados de estos polos de desarrollo están en desventaja y deberán acelerar el paso para subirse a este tren que viaja a alta velocidad.
Con todo, el gran desafío que deberemos enfrentar las universidades son las nuevas profesiones que demandará este mundo globalizado y las nuevas competencias que deberán alcanzar nuestros médicos, abogados, ingenieros, profesores, en definitiva, todas aquellas profesiones llamadas tradicionales, para moverse con flexibilidad en un mundo digital. Todo lo cual supone un cambio de paradigma en la forma cómo enseñamos, qué enseñamos y cómo logramos asegurar aprendizajes efectivos cuando parte de la formación no se dará en aulas como las conocemos hoy, sino que será en plataformas digitales, laboratorios multimediales y de simulación o en aulas híbridas.
Frente a cambios tan disruptivos en la forma de enseñar y aprender, las renovaciones curriculares serán un continuo en que la flexibilidad y la articulación de saberes interdisciplinarios debe ser el corazón de la innovación docente.
La digitalización y el desarrollo de infraestructura tecnológica en las universidades pasa a ser uno de los principales ejes de la gestión, debiendo dotar de todas las capacidades y competencias a funcionarios y profesores para que formen personas, investiguen en sus distintas disciplinas y transfieran conocimiento usando estas nuevas herramientas tecnológicas y globales.
Es conveniente que estos desafíos no los enfrentemos solos, y que nos concentremos en la búsqueda de alianzas internacionales o socios estratégicos globales que posibiliten el desarrollo y permanencia de las universidades. Ante esto el principal activo que tendrán las universidades regionales es lo propio o endémico de sus territorios, no solo como conocimiento genuino y original sino poniendo a disposición la riqueza de su entorno como laboratorio natural.
Carolina Araya, directora carrera de Derecho, Universidad de Las Américas, Sede Concepción.
Vicente Painel Seguel, investigador, profesor y licenciado en Filosofía de la Universidad de Chile y magíster en Historia.
Ricardo Barría Dillems, ingeniero comercial, magister en comunicación. Editor de AraucaniaDiario, miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Felipe Martínez Reyes. administrador público y psicoeducador. Consejero regional de La Araucanía.
Ricardo Barría Dillems, ingeniero comercial, magister en comunicación. Editor de AraucaniaDiario, miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
Lissy Cerda Muñoz, directora regional Senda Araucanía.
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