
Cuando el estigma del SIDA oscurece el futuro de generaciones
Fernando Cortés Tello, Subdirector Unidad de Salud Pública DFTS, Universidad Central.
Hijo de militar (r) se refiere a condena en contra de su padre, sobre hechos ocurridos en septiembre de 1973 en el Regimiento Húsares de Angol.
Opinión21/05/2024
Equipo AraucaniaDiario
Señor director: Hemos leído con atención algunas cartas y opiniones que han salido en este y otros medios, abordando diferentes casos sobre militares (r) condenados por delitos cometidos en 1973. Uno de ellos, sucedió en el regimiento Húsares de Angol, donde lamentablemente murieron dos jóvenes y que involucra a un grupo de militares de la época.
Causa que fue previamente juzgada el año 2005 dónde se sentenció al responsable confeso, rectificado por la Corte Suprema al igual que su prescripción.
Luego en el Gobierno de Piñera fue reabierta, desconociendo pactos internacionales que han sido validados y rectificados por el Gobierno de Chile me refiero al Pacto San José, que es la carta magna de la corte interamericana de derechos humanos que el cual dice que una persona no puede ser juzgada dos veces por la misma causa, de lo contrario se vulneran sus DD.HH. y ahora se vuelve a juzgar condenando a 13 personas que su único delito fue haber estado en el lugar y momento de los hechos.
De esta manera, 50 años después y con una edad avanzada, se les condena a 19 de cárcel. En otras palabras, se les sentencia de muerte a personas de más de 75 años.
La impotencia y sentido de INJUSTICIA que sentimos es terrible, y solo imaginar todo lo que queda por venir para nuestro padre, hace que la desesperanza, y confianza en los estamentos del estado sea cada vez menor, de que de verdad van a hacer justicia. A nuestro padre le enseñaron obediencia, orden, rigor, incluso a dar la vida, si es que fuera necesario, por su país. Y, como muchos, no participó de los hechos, lo cuál se demuestra claramente en las mas de 1.400 fojas del expediente de la causa y así y todo tiene una sentencia de 19 años al igual que las 13 personas que estuvieron destinadas en Angol ese día, por el solo haber estado ese día presente en los lamentables acontecimientos ocurridos.
A sus 75 años está a punto de pasar su última etapa de la vida en la cárcel. Y no queremos este tipo de despedida. Nos gustaría, sin duda, que estuviese en otra situación, disfrutando tranquilamente de su familia y de sus nietos. Pero no es así. La agonía parece infinita.
Uno se pregunta, ¿Hay justicia en la justicia?. Ojalá que sí. La esperanza ha estado intacta en nuestra familia y no tenemos más alternativa que confiar, a pesar de todo, en la justicia y en que esta pesadilla no sea eterna.

Fernando Cortés Tello, Subdirector Unidad de Salud Pública DFTS, Universidad Central.

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Ricardo Barría Dillems, ingeniero comercial, magíster en comunicación. Editor de AraucaniaDiario, miembro de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

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